Hay una controversia creciente entre directores de escuela, maestros y padres de familia sobre la utilidad o daño que provoca en los adolescentes y jóvenes estudiantes el estar tanto tiempo pegado a la pantalla y la tentación creciente de prohibir su uso en la escuela.
Mas tiempo frente al celular y el multitasking son dos tendencias en pleno crecimiento en este Siglo XXI. Según los últimos datos disponibles de la Asociación Mexicana de Internet, el ultimo estudio sobre hábitos de los usuarios de Internet en México, el 71% de los 78 millones de mexicanos usuarios de Internet, se conectan desde un teléfono móvil.
A decir de estudios científicos, mas tiempo en las pantallas deteriora la capacidad de los adolescentes y jóvenes para aprender con profundidad y el multitasking reduce las capacidades de productividad en los adultos.
Si usted es docente en el nivel secundaria, medio superior o superior, notará la gran cantidad de estudiantes (los llamaría SmarthPhone Zombies) que deambulan por los pasillos con la cabeza agachada y la mirada fija en el celular.
La marcha tecnológica ya no la para nadie, y en esta nueva cultura digital existen bastantes publicaciones en contra del uso excesivo de los móviles y muy pocas a favor. La mayoría de los que están en contra argumentan que en esta era de la ubicuidad o digitalización o de la distracción y el ocio, se ha llegado a una deshumanización de las personas, que seamos más superficiales y menos críticos, menos creativos, más adictos, menos lectores, más solitarios, más aislados y menos deportistas.
Otros concluyen que el uso masivo de Internet y dispositivos móviles ha incrementado la inteligencia colectiva en muchos países y que la seguirá incrementando. Gracias a las redes sociales y los móviles, los ciudadanos derrocaron al gobierno tirano en Egipto y las redes de WathsApp han logrado detener los indices de delincuencia común en barrios de la Cd. de México que estaban en manos del crimen organizado. Por el contrario, el numero de extorsiones telefónicas vía celular se han incrementado en los últimos años, según datos del secretariado ejecutivo del Consejo de Seguridad Publica Nacional. https://drive.google.com/file/d/1ICBeRU_C1KIsZq_ISGa3JgzP6WLTNYxs/view
La penetración de la tecnología se ha convertido en una navaja de dos filos: Puede ser un excelente recurso para empoderar a los adolescentes y jóvenes estudiantes mexicanos, incrementando la arquitectura de sus conexiones neuronales, provocando que se vuelvan mejores pensadores (pues leen y escriben como nunca en sus redes sociales) y por el lado contrario, volverse más superficiales y menos inteligentes. ¿Es posible que la tecnología pueda a la vez provocar más inteligencia o menos inteligencia en el ser humano? En recientes artículos de prensa en Estados Unidos se resaltan los efectos negativos de los teléfonos inteligentes, entre otros, el que señala que la socializacion humana ya es un lujo, del New York Times. (https://www.nytimes.com/2019/03/23/sunday-review/human-contact-luxury-screens.html)
Hace pocos meses en las redes sociales empezó a correr el rumos de que en Sillicon Valley los ejecutivos y programadores les habían prohibido a sus hijos menores de edad el uso de teléfonos móviles y tabletas. Muchos sostienen que la pantalla secuestra nuestra mente y nos vuelve adictos.
La nueva cultura digital nos ha ligado a las empresas y a servicios públicos y privados de todo tipo que permiten realizar compras, pagos, transferencias, reservaciones, acceder a pases de abordar o boletos para el cine, llenado de documentos, recibir y enviar archivos, desde el dispositivo móvil. Los estrategas de la mercadotecnia usan los datos de los usuarios de tarjetas de crédito y débito (dejamos huella digital en cada transacción) para personalizar la publicidad a través de las pantallas.
La marcha ya es imparable y estemos de acuerdo o no, los niños del Siglo XXI, desde que nacen están expuestos a un ambiente digital que no necesariamente es de aprendizaje, pues como vemos con frecuencia los docentes, los estudiantes que llegan a la preparatoria con un celular en mano, que utilizan todo el día, no saben ni siquiera enviar un correo electrónico utilizando las reglas de Netiqueta. Ya ni pensar en que tengan habilidades para sacarle ventaja académica a las aplicaciones educativas que están instaladas en sus móviles.
¿Cómo podemos los docentes, autoridades escolares y padres de familia llegar a un punto coincidente para decidir cuando si y cuando no los adolescentes y jóvenes estudiantes menores de edad deben usar los móviles?
Creo que debemos de escuchar primeramente a los autores neutrales antes de otros que tratan de vender productos de ultima moda, como puede ser un aparato, una aplicación o un método de aprendizaje. ¿Por qué razón? Por el evidente conflicto de interés. Los que tratan de vender un producto, siempre lo presentaran como la ultima coca cola en el desierto.
Luego buscar la recomendación de la comunidad académica o de las organizaciones profesionales como la organización mundial de la salud o los informes que se publica la OCDE o el Banco Mundial, siempre bajo una mirada critica y neutral de un investigador académico.
Tenemos que reconocer que no podremos detener el avance tecnológico y que no contamos con evidencia científica en México sobre el efecto que la digitalización masiva y la inteligencia artificial ocasionarán en la arquitectura neuronal de los niños y adolescentes mexicanos.
«La tecnología no debería sustituir a las interacciones humanas cara a cara (Los niños aprenden mucho más con interacciones humanas directas, que con un programa digital), ni a la actividad y juegos físicos, ni a las horas de sueño, ni a los buenos hábitos alimenticios ni al gusto por la naturaleza y el medio ambiente.(Andere, 2019)»
Los dispositivos móviles pueden ser un gran complemento en la estrategia de enseñanza y aprendizaje, pero nunca un sustituto del docente. Debemos buscar formas creativas de inmersión de los móviles en el aula, empezando por la gamificación y el uso de simuladores virtuales. La creación de vídeo reportajes y podcasting son estrategias que pueden conectar a los estudiantes con problemas de contexto que les permitan proponer alternativas de solución.
Mtro. Julio Aviles Romero
Presidente de la ABTE.